jueves

To an old comrade indie

Finalmente, los dos estamos cansados de este mundillo, de una sexualidad dudosa y una ideología todavía más dudosa. Llueve. Ha llovido tanto que una nueva era empieza a despuntar y desde una tarde lejana rebota el sol en tu paraguas. Al final, el chico rico y el chico pobre se juntan en la esquina a discutir sobre la decadencia de la patineta y la bolita. Eso es la Hegemonía, la diosa blanca de tu generación y la mía. Lo único que diré a mi favor: no fui educado en la Belgrano Day School, nunca jugué al hockey y detesto a Mickey Mouse. Pero, finalmente, Goku se transformó en el legendario súper Saiyajin; el mundo gira, el mundillo sigue girando y a nadie le importa si hoy lunes, 12 de abril de 1994,  nos encontramos los dos, dando en paralelo, oscuras lecciones en un oscuro instituto del underground; lecciones, bueno, mejor sería decir juramentos de la tiza mojada, polémicas que se llevó la jarra loca de la poesía de los noventa. ¡Ay¡ Es verdad, después de todo, los dos estábamos calcados en el mismo papel carbónico; los dos somos ahora tan sólo la desleída fotocopia de una época milagrosa. Necesitamos, urgente, una dentadura y gafas nuevas, y apenas medio martini –ya ves, ¡clásico!– y un millón de amigos nos separan.